En el municipio de Samaná, en el departamento de Caldas, se está llevando a cabo un proyecto innovador que combina el cuidado del medio ambiente, el desarrollo económico y la oportunidad de reinserción social para las personas víctimas del conflicto. La asociación Semillas del Campo, liderada por Normary Cuervo, ha logrado marcar una diferencia significativa en la comunidad a través de su Negocio Verde: Chocolate de la Abuela.
Semillas del Campo es una asociación conformada por 82 productores de cacao, en su mayoría víctimas del conflicto armado que han encontrado en este proyecto una oportunidad para reconstruir sus vidas. Residiendo en diferentes corregimientos como Berlín, San Diego y Florencia, junto con sus veredas, estos campesinos han unido fuerzas para cuidar el ecosistema y generar un desarrollo económico sostenible.
La importancia de los Negocios Verdes de Caldas no pasa desapercibida. La siembra de 87,000 plántulas de cacao por parte de Semillas del Campo no solo contribuye al equilibrio ambiental, sino que también brinda un sustento económico a las familias campesinas involucradas. Estas plántulas de cacao crecen en armonía con la naturaleza, sin el uso de agroquímicos dañinos. El resultado es un chocolate puro, auténtico y confiable que se distingue por su sabor y calidad excepcionales.
El negocio Chocolate de la Abuela destaca por su compromiso con el medio ambiente, la inclusión social y la estabilidad económica. Normary Cuervo explica que cumplen con tres características fundamentales de los negocios verdes. En primer lugar, la parte ambiental, donde se busca la sostenibilidad y el cuidado de los recursos naturales. En segundo lugar, la parte social, al brindar oportunidades laborales a campesinos, madres y jóvenes de la región. Y, en tercer lugar, la búsqueda de un mejor precio que garantice la estabilidad económica tanto para los productores como para los consumidores.
Cuando se consume Chocolate de la Abuela, se está apoyando un proyecto que va más allá del simple acto de disfrutar un delicioso chocolate. Es una forma de respaldar la reinserción social de las personas afectadas por el conflicto, permitiéndoles encontrar una nueva oportunidad en el campo y ser parte activa de un proceso transformador.
El chocolate producido por Semillas del Campo es reconocido por su calidad excepcional. Cada grano de cacao es seleccionado cuidadosamente para asegurar aromas y sabores únicos. La elaboración del chocolate sigue métodos tradicionales y naturales, sin perder de vista la transformación orgánica que caracteriza este proyecto.
Los consumidores confían en Chocolate de la Abuela porque saben que están adquiriendo un producto confiable y diferenciado. El proyecto Semillas del Campo demuestra que los Negocios Verdes pueden tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. No solo promueven la conservación de los recursos naturales, sino que también ofrecen esperanza y oportunidades a las personas que han experimentado el dolor del conflicto armado.
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